jueves, 10 de mayo de 2012

Un pequeño fragmento

Cuando los latidos de su corazón vuelven a algo parecido a lo normal, se recuerda a sí mismo que, después de todo, ya la había besado.

Pero, la indudable pregunta es, ¿dónde?

En un banco del parque, frente a la fuente. Sentados en la arena de la playa un caluroso día de verano. En el ruidoso portal de su bloque. O en su propia cama, en su piso. Puede que en el hundido sofá de la casa de su abuela.

No se arrepiente de ninguno, y mucho menos de los que considera que ha robado.

Pero, ¿acaso este ha sucedido?

Quizás sólo haya pasado dentro de su cabeza. Pero eso sólo es cuestión de tiempo.

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